Bañados de cielo, una buena tarde;
nuestros algodones de azúcar apenas se tocaban,
las bolutas de glucosa se desmotaban del globo rosa,
desgajadas por los dedos pegajosos,
rumiantes de dulces moradas.
El subeybaja formaba una corbata de pingüino,
sus ángulos y el vaivén del rechinido de su engranaje,
le ponían el bit a lo que decía con gravedad amante.
El rehilete gigante de la plaza patria,
los berrinches de las camionetas nalgonas;
no enturbiaron la felicidad dolorida,
yacente, entre tu/mis manos,
aferrada a la banca donde-el-amor-no-tiene-horario.
La pasión por la curiosidad. El placer de indagar "sobre el oscuro abismo en que me mezco" (paráfrasis de Manolo García), del que nos inunda la cotidianidad y las cimas tan añoradas y posibles, como ganarse el melate con un solo boleto.
domingo, 12 de diciembre de 2010
sábado, 4 de diciembre de 2010
Día cuatro y cinco
Amor mío de tierra lejana / por vos duele todo el corazón... en vergel y tras cortina, / mi desconocida, amada compañera mía.
Umberto Eco, Baudolino
Umberto Eco, Baudolino
viernes, 3 de diciembre de 2010
Día Tres
te veo de lejos, admiro,
tus manos entre tu cara,
el cabello entre las palmas de tus manos;
te veo por la ventana,
a veces empañada por las interferencias,
de las atmósferas que nos separan.
te veo en la diferencia horaria,
te veo con el frío soleado,
te veo varias veces al día
mientras leo los diarios.
tus manos entre tu cara,
el cabello entre las palmas de tus manos;
te veo por la ventana,
a veces empañada por las interferencias,
de las atmósferas que nos separan.
te veo en la diferencia horaria,
te veo con el frío soleado,
te veo varias veces al día
mientras leo los diarios.
jueves, 2 de diciembre de 2010
Día Dos
No te vayas, te necesito
con todo el cuerpo, con el abecedario,
con las horas, con el polvo de la carretera.
No te vayas que no quiero despedirme
ni empiezo a prescindir de tu presencia
ni mi soledad convive con el vacío
de las noches, y el nihilismo que tú llenas.
Ahora todo pareciera
hecho de pequeñas manchas,
dibujos borrosos, que contornan tu cara;
mas, siguen los sonidos y silencios,
las risas y miradas, dominando mi memoria.
con todo el cuerpo, con el abecedario,
con las horas, con el polvo de la carretera.
No te vayas que no quiero despedirme
ni empiezo a prescindir de tu presencia
ni mi soledad convive con el vacío
de las noches, y el nihilismo que tú llenas.
Ahora todo pareciera
hecho de pequeñas manchas,
dibujos borrosos, que contornan tu cara;
mas, siguen los sonidos y silencios,
las risas y miradas, dominando mi memoria.
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