jueves, 7 de abril de 2011

Las victorias de la globalidad


La actualidad contiene dentro de sus manifestaciones, interacciones y simulacros; una gran dosis de complejidad. Sobre todo al hablar de las consecuencias de la globalización (Crítica de la globalidad, Víctor Flores Olea y Abelardo Mariña Flores, Fondo de Cultura Económica, 2006).

Sin embargo, antes de adentrarse en los efectos de la globalización, Flores y Mariña, exponen en el primer capítulo todo un análisis de lo que la Ilustración le heredó a la razón humana, y en el mismo sentido, las perturbaciones de la razón moderna, la cual gravita entre el cinismo y el afán por replantear la ilustración posmoderna con el fin de hacerla más justa para todos los seres humanos.

Y siguiendo tal tendencia de exponer cronológicamente lo que ha venido sucediéndose para hacer posible la globalización política, el autor nos recuerda los orígenes de las concepciones como soberanía, representación política, democracia; y cómo tales conceptos han venido adulcorándose con las nuevas perspectivas teóricas que ha impuesto una visión de una aldea global.

La globalización no implica igualdad de oportunidades para todos los habitantes del orbe, sobre todo porque la idea dominante ha sido la globalización económica, la cual viene impuesta por las necesidades del capital internacional, con el fin último y principalísimo, de conseguir mayores utilidades.

Una de las manifestaciones de tal tendencia es la predominancia del capital especulativo, sobre el capital producto del trabajo industrial. Últimamente, se ha privilegiado por parte de muchos países, los cuales, siguen fervorosamente las recetas de los organismos globalizantes, tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM), la especialización en las actividades económicas propias del ramo servicios, en menoscabo de la industrial, como es el caso de la ciudad de Monterrey.

Los efectos de la globalización del capital son nefastos para los trabajadores, dado que cada vez se utilizan más las máquinas robotizadas, y se tiende a beneficiar la flexibilización laboral. Del mismo modo los efectos sobre los mercados emergentes en muchas ocasiones han sido negativos, dado el carácter francamente especulativo del capital globalizante.

Los efectos los tenemos a la vista: Migraciones masivas, crisis económica, desempleo, consumismo, pobreza y mucha decepción. Para Flores Olea, la solución radica en la sociedad civil, dado que el Estado ha servido como ariete del capitalismo globalizador, sin embargo, las perspectivas de un nuevo orden económico mundial, lucen lejanas.