martes, 3 de noviembre de 2009

Solipsismos Bastardos

Monólogo de Mazda
Escena 1
(Mazda, en la penumbra de alguna esquina de Reforma, con una mochila al hombro, y una tristeza visible)
“Que me cuesta cambiar el boleto con alguna puta que quiera ir y venir, de esta náusea a un suspiro distante. Ahora lo planteo, a media hora de que salga el autobús hacia... cualquier parte. Bien... es lindo pensarlo”.
“Espacio desorbitado de gravedad, con un pie infinitesimalmente tocando el piso”.
“Oriente, sin horizonte
por el muro contensor
por un enredijo de lianas transhumantes
sostén del mundo
desmesurado polvoroso, anudante de esperma”
“Alrededor de nuestras casas, o en la avenida chisporroteante de luces, puedo aspirar a tomar de la mano a una mujer, y emborracharme en algún sórdido lumpanar de chicas desnudas; mientras algo va perdiendo sentido, mientras huyen de mis manos los ojos con los cuales observo el miedo”.
Escena 2
(Mazda, recorre la calle Villagrán a un costado de la Central de Autobuses, andando a paso lento, observa el tráfico)
(Voz en off)
“Trastabilleo y caigo al cemento tapizado de aceite. Me es imposible coger mi cuerpo y echar continuando el camino. Vuelvo a caer. Despaturrado, pasa sobre mí el armatoste correcaminos”.
(Camina por la acera del lado oriente de Villagrán, rumbo al sur)
“Pienso en tantas estupideces cuando me alejo de vos. Se desnuda algo que puedo llamar malos pensamientos, miedo aplastante recorre mi espalda, algo como sudor frío con babas demoniacas”.
“Existen muchos seres malos y buenos a la vez. Seres con anillo anular, carrozas llamados automóviles, saco/corbata, botastenismocazines, playeras OP; o cabellera larga y lentes muy sweet, o pantalones entallados con promontorioso relieve, con sandalias y blusas in. ¡Sé qué es el mundo, pero, ¿sobre mí?!

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