martes, 9 de febrero de 2010

Requiem für Copenhaguen

Lleno de naturaleza sales de la selva que Chipinque signifca en medio del desierto contaminado en que conllevamos la vida los autonombrados-ufanos, regios. Damos la sensación de que todo el vegetarianismo circundante en los ambientes universitarios y de regioanarquistas es algo cierto, verificable, tangente, cronometrado.

Al fin y al cabo una percepción, la fenomenología llevada al éxtasis de reflejarte en los apasionados discursos de los héroes salva planetas que pululan en la mediósfera. Pero el mundo lo tienen por los cojones los descarriados sesentaiocheros, hincados ante todo el poder determinístico-evolucionista de los grandes empresarios lícitos e ilícitos.

Tanto derechas e izquierdas, verdes mexicanos, republicanos-demócratas, Obama o Jintao; descreen de los coros angélicales por el cuidado de la atmósfera y la sana convivencia interespecies. La política dominada por la visión desarrollista, acumuladora. ¿Un error temeriario o un área de oportunidad?

Porque en los tiempos que corren las cloacas muestran sin rubor todas y cada una de sus deyecciones. Por cierto, Barack Obama, devuelva el premio nobel.

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