Entre los edificios caen las gotas
una cortina de agua nos separa,
tu figura insinúa su contorno luminoso,
mientras tus ojos son paraguas de colores,
estrellados, cuadriculados, bolsas que tapan
mi cabeza del aguacero; inundante de calles y plazas.
Y esa tarde de lluvia, me devuelve la brisa tan tuya
olor a naranja, olor a tierra mojada,
frescura de tulipán, tan grácil, como el colibrí
desplegándose entre todas las flores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario