jueves, 11 de marzo de 2010

Notas sobre "Una vieja historia de la Mierda"

En el capítulo 15 ó 16 del "Doitor House" Sixth season, se resuelve el caso de una paciente bloggera por medio de conocer y reconocer los excrementos de la paciente. Ya sean bolitas, trozos alargados que flotan o se hunden al fondo del inodoro, algo nos dicen sobre nosotros; nos indican un infierno intestinal en el caso de presentarse diarreicamente, o la templanza de frutas y verduras, cuyos deshechos, nos recuerdan el equino excremento.
Lo anterior sale a colación por la reseña que Eduardo Matos Moctezuma (http://dti.inah.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=541) realiza del libro Una vieja historia de la mierda de Alfredo López Austin y Francisco Toledo (CEMCA, México, 2009) con una erudición inmensa y datos que harían plantearse mejor nuestras relaciones con nuestros desechos... Que por cierto en el área metropolitana de Monterrey se presume con gran orgullo que el 100 por ciento de las aguas de drenaje son tratadas y reconvertidas en agua utilizable...¿Será?
En fin, yéndonos al (gr)ano, destácase lo siguiente de la reseña del maestro Matos:"Comienza Una vieja historia de la mierda repartida en cinco tantos, que se van engarzando con aspectos tales como Miscelánea o el relato quiché denominado Majestad. En el caso del primero leemos de algunos presagios tarascos de destrucción y llegada de los españoles al mismo tiempo que el autor nos relata la manera en que un tlacoli podía alcanzar la libertad al pisar mierda y ser purificao por medio del agua. También nos dice del don Cecilio Robelo y su interpretación del nombre Tláhuac como aféresis de Cuitláhuac que a su vez es apócope de Cuitlahuacapan, que significa 'en agua de caca seca o dura'. Otros temas se expresan como el relacionado con Tamoanchan o la interpretación de sueño entre los otomíes relacionados con serpientes que entran al cuerpo o el desear excrementos, sueños que no deben contarse a nadie pues son avisos de persecución".
Hasta me dan ganas de volverlo a leer, invitadísimos a leer la reseña completa aparecida en la Revista Ciencias de la UNAM (octubre-diciembre 2009), una verdadera gloria.

1 comentario:

sensontle dijo...

un poco escatologico chacho jejeje