domingo, 30 de noviembre de 2008

Hermanos en el polvo

En un espacio tan breve se abrió el universo. Juan sosteniendo el cigarrillo en sus labios, sube y baja, el objeto humeante por un canto añejo, dolorido; cuando cada noche se vestía del cuerpo de la señora Y. A dos metros acodado en la barra, Gabriel, sigue las mismas notas que su amigo, pensando que la señora Y, le gritará por llegar un poco anestesiado al lecho. Pero todo sea por la amistad sin remordimientos, lo hecho, hecho está, como tan inevitable es el polvo en el viento.