miércoles, 17 de diciembre de 2008

Ventana con luna

El mantel suda una noche casi de verano,
al menos se mueve el nogal
tras la pared agujerada,
aleteando su verdor oscuro.

Una ventana se abre por la luna,
un hoyo en la cortina sirve de cañón,
el televisor parpadea,
y el monitor dice “hola”.

Vaya manera de sentirse vivo,
sin motivo, inopinadamente,
como el sol que reactiva
la vida vegetal.

¿Será la pulsión solitaria de los treintaitantos?
¿Será la infame búsqueda sin brújula?
Luna ascendente, que se escapa de la cortina
y de la ventana,
me abandona su reflejo, para la vuelta del día siguiente
esperar su blanquecina sonrisa.

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